Pues nada, un nuevo aficionado a éste arte milenario ha llegado. Os cuento un poco; me han regalado un pequeño bonsai, nada extravagante, y me he dado a la tarea de dedicarle tiempo y amor. Ya tenía tiempo queriendo comenzar y litarealmente me ha caido del cielo. Sigo en la carrera por darle nombre y apellido al que será el primero de muchos...