Voy a compartir con vosotros el inicio de uno de mis proyectos a medio plazo: la formación de un shohin tipo sumo de un arce tridente (
Acer buergerianum) desde plantón.
2014La historia empieza en 2014: en la foto salen varios plantones de arce de diferentes especies, nos centraremos en el espigado de la izquierda. Un plantón de tridente, quizá comprado a Xapi por internet, quizá germinado desde semilla; la verdad es que no me acuerdo. En la foto tendría un año, y durante 2014 simplemente lo regué y aboné, por lo que en otoño, ya desnudo, tenía esta guisa:
2015En 2015 procedí a pegarle un tajo; este corte lo hice demasiado alto, y tuve que corregirlo a los dos meses, perdiendo crecimiento útil. El plantón se puso en un macetón con una mezcla rica en pómice y me dediqué a darle agua, sol y abono. Durante la brotación estaba así:
En
junio había pegado un buen estirón, y tenía esta pinta:
Un detalle de la cicatriz del corte de formación que le hice
2016En 2016 el árbol siguió creciendo sin tocar, solo recortando de vez en cuando las ramas más bajas para potenciar el ápice, y así el engorde de la base.
En
abril estaba tal que así, ya brotado y tirando fuerte:
Detalle del corte de formación, donde ya se ve cómo va engordando el tronco principal. El no sellarlo desde el principio seguramente ralentizó su cicatrización.
A mediados de
agosto pasaba de los dos metros:
En el corte, ¡¡por fin!! se aprecia un avance en la cicatrización
En
diciembre el pobre tridente se las veía muy felices, otoñando después de la temporada de crecimiento. Pero para él tenía otros planes...
Cogí la sierra y ...
Después del trabajo en bruto, rebajé bien y sellé, dejando una ramita lateral como nuevo ápice:
2017En
marzo, cuando compruebo que brota sin problemas, procedo al transplante, que ya le tocaba. 20 minutos peleándome, dos palillos rotos y una semi-tendinitis en el antebrazo me muestran esto:
La pómice, tan criticada por algunos, ha originado un enormísimo pan de raíces finas que colapsa prácticamente la maceta, y que me lleva otros 10 minutos intentar desliar hasta que corto por lo sano con la sierra.
Sigo cortando y arreglando el nebari con la idea de dejarlo plano, y me llevo una agradable sorpresa: la base bajo el sustrato también ha engordado mucho, más de lo que yo pensaba. Ese bicho de más de dos metros ahora cabe en mi mano...
Lo planto con el nebari algo más levantado, y lo dejo tranquilo. En
junio parece relativamente recuperado del transplante, aunque no tiene tanto vigor como antaño (cosa por otra parte esperable después del tute
)
Detalle de la base
Un error mío de sellado de la herida, el hacer casi seguido el decapitar y el trasplante, o simplemente mala suerte hace que el tridente retire savia hacia abajo; cuando levanto la pasta cicatrizante
en octubre me echo las manos a la cabeza del destrozo
. Después de pensarlo, decido hacerle un injerto puente con doble intención: mejorar la cicatrización del tronco, e injertar la primera rama del sumo. Con una gubia hago el canalito, pongo dos chinchetas para adosar una rama larga de arriba y vuelvo a sellar con cuidado. El resultado, poco estético, es este:
2018Antes de la brotación levanto la herida, y veo como el injerto puente ha cogido perfecto por el lado de entrada, está bien metido en el canal, y aún está algo suelto en la salida. Bastante contento para ser mi primer injerto en arces...
Este año vuelvo a trasplantar, para retocar nebari y para plantarlo algo más alto, lo que ayudará a que la humedad del sustrato esté más lejos de la herida y espero que cicatrice algo mejor. Además, ya le pongo un sustrato algo más clásico de bonsai.
En
marzo el tridente ya está brotando, y se le intuye la forma que le voy a ir dando. Este año me centraré en engorde masivo para que termine de fusionar el injerto y empiece a cicatrizar bien la enorme herida.
A los pocos días ya se podía ver cómo brotaba bien
Hace escasos días (
junio) comprobé como la rama del injerto puente estaba el doble de gruesa en la salida respecto a la entrada, lo que indica que se alimenta ya del injerto. Así que aproveché para cortar dicha rama, y decapitar el arbolito para cambiar la rama de sacrificio. Sé que sacrificaré crecimiento (y cicatrización), pero no quiero otra cicatriz demasiado grande para cerrar. También aproveché para levantar la pasta, abrir labios de cicatrización y volver a cerrar con pasta nueva.
Hoy echando un ojo veo como de la entrada del injerto, donde dejé un toconcito, está saliendo una rama.
Viendo en perspectiva estos 4 años, soy consciente de haber cometido algunos fallos de bulto, pero el resultado que voy obteniendo me gusta. Aún le queda mucho camino, pero espero que dentro de no mucho pueda empezar a soñar con tener un pequeño tridente sumo hecho por mí desde prácticamente la nada. Y si llegaste hasta aquí... ¡felicidades! Ni yo mismo me lo he podido releer entero