MIS OLMOS

Recuerdo del primer mensaje :

Quisiera en este artículo contaros las historias de mi colección de olmos.
Os presento el fichado como Ulm_003
A finales de febrero de 2.015 después de varios años de engorde, lo trasplante a tiesto. De aquella etapa lamento no poder enseñaros las fotos, pues las perdí en un cambio de ordenador.
La primera foto es del 24/11/2016, después de una ligera poda.

TRASPLANTE EN VERANO
Esta parte del articulo quisiera dedicarlo a dos buenos amigos a los que al final les regalare los bonsáis, si sobreviven a todo este proceso.
Cualquier libro de bonsái os dirá que los trasplante en primavera o a lo sumo en otoño, y por supuesto yo el primero.
Pero como toda regla es bueno saber cuándo y cómo saltársela, con éxito.
Y puesto que son miles los nuevos aficionados, al que le regalan una “zelcoba nire”, fuera de temporada de trasplantes, qué hacer con ella?

Fingiendo ser un neófito en la materia me dirigí a un centro de jardinería que tienen bonsái, para que me aconsejaran que tipo, regalarles a unos amigos, pero mi presupuesto era muy bajo.

De inmediato me aconsejaros unas magníficas “zelcobas nires” de más de 7 años de edad, las que se aprecian en las fotografías.

Al verlas les dije que yo tenía otra igual, y me la vendieron por un olmo, ante lo cual me enseño la etiqueta, donde efectivamente ponía zelcoba.
Ante lo cual lo tuve que ilustrar.

A raíz de la grafiosis, (enfermedad fúngica que afecta al olmo (Ulmus sp.), cuyo origen se encuentra en el este de Asia, donde las especies de olmos son más resistentes y no se ven tan afectadas.), en la segunda mitad del siglo pasado se extendió por Europa la enfermedad y a finales de siglo se prohibió su comercialización sin cuarentenas.
Y los chinos que son “muy listos”, los llamaron zelcobas y aquí todos los estamentos tragaron.
Buenos dejemos la vena política y volvamos a la historia de estos dos olmos chinos (Ulmus Parviflora).

Si observamos el detalle, todos estos árboles estaban a la sombra en bandejas donde había un fondo de agua de uno o dos centímetros, para evitar que se secase el sustrato que traen, básicamente una mezcla de lodo, arena muy fina y fibra de coco muy desgastada.

Con los arboles adquirí unos tiestos un pelín más grandes para trasplantarlos, ante lo cual me dijeron que si lo hacía en esta época morirían sin remedio, que esperase al menos al siguiente otoño.

2‎ de ‎julio‎ de ‎2020
Al llegar a casa los coloque en una situación similar a la que tenían en el vivero.

5 de ‎julio‎ de ‎2020. 1º paso, preparar el nuevo tiesto.
1-a. limpiamos el tiesto con agua del grifo.

1-b.- colocamos rejillas

En esta ocasión he colocado una sola rejilla tapando los dos agujeros de drenaje, simplemente por comodidad.

1-c.- cribamos la akadama

La más gruesa que trae el saco la empleo en la parte de abajo y el resto, siempre eliminado el polvo para que se mezcle con las raíces

1-d.- colocar la akadama

Colocaremos al menos un alambre de aluminio, pasado por los agujeros de drenaje para anclar la planta al tiesto y que no se mueva, de esta forma evitamos que un golpe o una ráfaga de viento, desplacen a la planta y rompa las nuevas raíces. Verteremos unos dos centímetros de akadama de la más gruesa que traiga el saco, en el fondo.

Acto seguido colocaremos más akadama, recordar sin polvo, de forma que haga un pequeño montículo, para colocar las raíces de la planta sobre él, y de esta forma elevarlo un poco.

Siempre el tiesto debe estar preparado antes de empezar con el árbol

5 de ‎julio‎ de ‎2020. 2º paso, defoliar totalmente la planta.
2-a. Limpiaremos y afilaremos concienzudamente las herramientas a emplear en esta ocasión.

2-b. Es aconsejable realizar todo este trabajo sobre una bandeja, principalmente para no dejar todo el suelo lleno de hojas.

2-c. Desfoliado total del árbol. Si tenemos cierta experiencia podremos eliminar las hojas con las manos, pero al principio es aconsejable usar tijeras y grandes dosis de paciencia, lo fundamental es no eliminar, o aplastar las yemas existentes en la axila de cada hoja.

5 de ‎julio‎ de ‎2020. 3º paso, desenredado y poda de raíces.
Observan el enredo existente en el cepellón, y la mala calidad del sustrato.

También observamos que no existe movimiento alguno en el sistema radicular, al igual que también se observa la pudrición de algunas puntas y la asfixia generalizada del pan de raíces.
Todos ellos signos inequívocos del deterioro de las raíces, y anuncio de la muerte del árbol si no actuamos con celeridad.

3-a. Prepararemos un recipiente, donde entre todo el cepellón con holgura, con agua y supertrive (10 gotas por galón americano).

En el mantendremos sumergida la planta para que se ablande el cepellón y lo podamos desenredar con cierta facilidad.

3-b. En esta etapa prepararemos las herramientas propias del trasplante, donde no falten los palillos.

3-c. Empezaremos a desenredar raíces por la base, procurando no rompen en exceso la maraña existente.

Alternaremos los ganchos de acero con los palillos de forma de optimizar el uso de las herramientas.

Continuaremos durante el tiempo que sea necesario hasta que el cepellón quede totalmente exento del sustrato que traía.

Puesto que este trabajo puede durar más de una hora, mantendremos siempre las raíces mojadas, dejando la planta sumergida en agua cada cierto tiempo, por ejemplo un minuto cada 10 minutos de manipulación.
Recordar que estamos en verano con temperaturas muy por encima de los 30º C.

Este es el aspecto de los restos de la poda de raíces.

3-d. Llegados a este punto procederemos de la forma habitual de trasplante, es decir:
Recorte de raíces, sujeción con los alambres de aluminio para inmovilizarla y relleno y palillos, hasta que no quepa ni en solo grano entre las raíces.

Este sería mi tiesto recomendado uno de entrenamiento de Tokoname.